Un aviso en Mercado Libre le costó la vida

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Deibis José De La Cruz Tinoco, de 25 años, acostumbraba comprar y revender equipos de computación a través del portal web Mercadolibre.com, la noche del lunes el encuentro con unos presuntos compradores acabó con dos impactos de bala que cegaron su vida, “era muy confianzudo”, exclamó su padre Jairo De La Cruz, informa La Verdad.

El homicidio ocurrió a las 9.00 de la noche frente a la casa del occiso en la calle 93 del barrio 12 de Octubre en la parroquia Cacique Mara, el joven había acordado un encuentro con una mujer a quien vendería una computadora portátil, la cual había ofertado a través de la web.

Los familiares presumen que no siguió los canales utilizados para este tipo de ventas a través de depósitos bancarios y el pago de encomiendas para el envío de los equipos, ya que en realidad quería hacer un trueque de la computadora por un BlackBerry.

“Yo lo escuché hablando por teléfono con esa gente, mientras les explicaba la dirección de la casa, al colgar le dije que tuviera cuidado, porque no era gente del sector ya que no se sabían la ruta”, tras haber sido embarcado dos días antes, este lunes, De La Cruz esperó a sus “clientes” en la plaza del barrio y los condujo hasta su casa donde tenía el equipo.

Al llegar al frente de la vivienda, dos hombres bajaron junto a la víctima de la camioneta gris, al parecer la mujer con la que había pactado no fue con ellos, él les mostró la computadora mientras los invitaba a pasar a sentarse en el porche de la casa, pero los hombres le arrebataron el equipo de las manos y para impedir que este se defendiera le dispararon en dos oportunidades.

La víctima cayó en la acera, lo delincuentes se montaron en la camioneta cargando con la laptop y un iPhone de la novia de él. Al escuchar las detonaciones la progenitora del joven salió a ver pero como el joven se había cambiado de ropa minutos antes, ella no alcanzaba a reconocerlo. “¿Quién es ese muchacho?”…”ese es tu hijo”, le respondió una vecina. Lo llevaron al Hospital Chiquinquirá, pero ingresó sin signos vitales.

Minutos más tarde la mujer con la que negociaba De La Cruz, llamó al número local y preguntó en forma burlona si ya le habían quitado lo que le iban a quitar.

Su padre lo recordó como un hijo, hermano y vecino ejemplar. Su único defecto fue confiar demasiado en los desconocidos.

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